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Programa 02

Enero 2023

De la mano del crítico de arte y comisario Peio Aguirre, este programa nos introduce de forma casi panorámica al contexto y la historia del cine experimental vasco por medio de un ensayo inédito y dos filmes contemporáneos: Rotor (2015-2021), de la cineasta Ainara Elgoibar y LABO de Jesus Mª Palacios. El texto es un análisis fundamental y necesario para comprender las particularidades y paradojas de una práctica muy ligada a la vanguardia artística en el País Vasco.

Aporías del cine experimental vasco actual

Por Peio Aguirre

Abordar cualquier mirada con el título de arriba implica antes que nada entrecomillar términos como “cine”, “experimental”, “vasco” y “actual”. Cada uno de estos términos es cuestionable y, sin embargo, resulta lícito reflexionar sobre ellos, ya sea juntos o por separado. Por cine experimental podemos referirnos a aquellas creaciones audiovisuales en las que impera un espíritu vanguardista respecto al propio medio y que se alejan de la convención narrativa (el canon) que ha prefigurado el cine, su distribución y consumo dominantes. Esto es, la forma del largometraje (guión, rodaje y montaje) y el género hegemónico de la ficción. Esto nos llevaría a incluir todo aquel otro cine estructuralista, o formalista, que experimenta sobre el propio medio (film as film); que bebe de las artes plásticas, la danza, el teatro o es de tipo expandido y performativo; el ensayo fílmico literario; también el de no-ficción, verité o documental antropológico que mantiene un estrecho contacto con la realidad que describe; el cine de archivo y, no menos, también ese otro cine político y militante. Como se percibe, todo aquello que no entra en el canon es demasiado amplio y heterogéneo. ¿Dónde está el cine? ¿De qué hablamos cuando hablamos de cine experimental?

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La historia del cine vasco permanece estrechamente unida a la vanguardia artística, en concreto, al instante inaugural de la creación a comienzos de los años sesenta de la productora X Films en Madrid para que Oteiza pudiera hacer cine sin que, como sabemos, finalmente lo hiciera aunque, de paso, se beneficiaran compañeros como Basterretxea, Sistiaga y Ruiz Balerdi. Nos hallamos desde el comienzo ante un cine sin cine. Aquella vanguardia acabó disociándose del cine o, tal vez, el cine se alejó de la vanguardia experimental. En el transcurso de este tiempo podemos encontrar estéticas radicales en los contornos compartidos entre el cine y el arte. Al propio cine hay que sumarle la fotografía, la instalación, el vídeo, el documental, la animación y la performance. Artistas y cineastas como Javier Aguirre, Jose Mari Zabala, Iván Zulueta, Iñigo Salaberria, Begoña Vicario, Isabel Herguera, Josu Rekalde, Txuspo Poyo, Txomin Badiola e Itziar Okariz, entre otras, han cruzado en ocasiones de un lado a otro de estas dos estancias separadas por una fina pared como son el cine y el arte, o se han mantenido con un pie en ambas.

 

Actualmente convergen en el horizonte común de la imagen técnica la anterior categoría del cine experimental junto con, a falta de un término mejor, el “audiovisual de artista”. El propio desarrollo tecnológico del cine (con sus inversiones entre lo analógico y lo digital) ha generado nuevas zonas para ser exploradas. Tratando de huir de generalizaciones sobre “cierto panorama del cine experimental vasco actual”, pienso en la figura retórica de la aporía. Una aporía es una contradicción o paradoja irresoluble, un planteamiento nunca fijo, siempre en movimiento. ¿Qué fue antes, el arte o el cine? Si todo cine que se precie es una forma de arte, ¿por qué separarlos? ¿Acaso no debería ser todo cine “experimental”? ¿Podemos encontrar particularidades o modos que definan una manera propia de hacer cine en un mundo globalizado?

 

Tal vez, una manera de negociar aquí con estas y otras preguntas, adentrándonos en el interior de la aporía, sea recuperar algunos de los rasgos que definieron la vanguardia cinematográfica. He aquí algunas hipótesis:

 

– Siendo las del cine y el arte dos instituciones separadas, cada una de ellas reconoce a la otra como parte del mismo movimiento de vanguardia.

 

– Cualquier cine experimental a ser valorado tendrá en cuenta el legado del modernismo cinematográfico, entendido éste como una serie de innovaciones en la dialéctica forma-contenido, texto e imagen, sonido y distorsión, extrañamiento y distanciamiento brechtianos, etc. Por un cine de ruptura y corte, asincrónico y descentrado.

 

– El cine es una forma de escritura cinematográfica. Escribir desde y a partir de las imágenes. O, escribir primero y buscar más tarde las imágenes.

 

– Un cine autoconsciente respecto a la tecnología empleada; HD, 16 mm, iPhone, 3D, etc.

 

– El uso parcial o completo del celuloide (super 8 o 16 mm) es de facto un recurso modernista. Cuanto más ortodoxo sea este empleo, incluido el instante de la proyección, más se acercará el resultado a una definición de cine experimental. Hacer filmes (películas) en el más estricto sentido de su definición material(ista).

 

– El recurso del archivo y el found footage, el metraje encontrado o el metraje buscado para resignificar el pasado. También, el recurso a los a(na)rchivos, esto es, archivos anárquicos, estallados, hecho de retazos, de constelaciones subjetivas. Historia versus historias.

 

– Cine collage hecho a partir de fotografías, pinturas y dibujos, cartas, manuscritos, mapas, manuales, citas y restos varios.

 

– Un cine donde la duración no determine el carácter experimental. Largometrajes de vanguardia. Un cine donde los experimentos no queden relegados a los formatos de cortometraje o al metraje inabarcable.

 

– El denominado “cine de exposición” como cine. La ampliación del número y de los formatos de la pantalla. El devenir pantalla del audiovisual contemporáneo.

 

– Cuantos más referentes literarios y filosóficos se introduzcan en una obra (María Zambrano, Walter Benjamin o Virginia Woolf), más intelectual ésta será y, por lo tanto, más posibilidades tendrá de ser experimental. La cinefilia, por su parte no es de por sí garantía de radicalidad.

 

– La cuestión del feminismo entendida como una tradición ligada a la vanguardia fílmica, tan típica de los años setenta, donde tienen cabida, por ejemplo, Chantal Akerman y Laura Mulvey (entre otras cineastas y teóricas). Lo doméstico como un espacio radical, un cine del yo donde “lo personal es lo político” y también es lo poético.

 

– Desde el punto de vista del tema o el contenido, escoger “temas vascos”. El paisaje, la exploración del territorio que habitamos, la tradición y la cultura popular. El respeto hacia el entorno. Junto al paisaje, la (H)istoria. Las cicatrices del pasado, la memoria política, las luchas y la violencia. Un cine de reconciliación.

 

– El cine como un medio de expresión personal donde se integran todas las líneas creativas de la película a partir de la autoproducción, la colaboración y un presupuesto mínimo. ¿Cuantas productoras hay detrás de cada creador/a? A su vez, el fomento de verdaderas productoras independientes y profesionales, incluso industriales, para la producción de cine experimental.

 

– El reconocimiento de que todo cine experimental existe en el interior y no es una parte separada de la industria del cine, la cual, a su vez, es uno de los pilares de la llamada industria cultural. Los festivales, grandes y pequeños, son la manifestación institucional y pública de esta industria cultural.

 

– También, todo cine alternativo e independiente que se autosabotea conscientemente, hecho con un sentimiento a la contra de las instituciones de las que depende para su producción y distribución.

 

– Cuanto más extendida sea la percepción social de un genuino cine experimental, más protagonismo alcanzará la figura del comisario/a, y más se podrá hablar de una cultura del film curating y de los film studies, los cuales se erigirán en alternativa a los anteriores programadores. O estos evolucionarán hacia el comisariado.

 

– Del punto anterior se colige que los espacios para la exhibición y distribución serán indiferentemente los festivales (grandes y pequeños), las filmotecas y cinetecas, y también las salas de exhibición de museos y centros de arte, incluyendo sus auditorios.

 

– Por último, la necesidad y el fomento de la crítica cinematográfica como elemento imprescindible para la existencia de un cinema crítico.

 

Quizás en el cruce de varias de estas hipótesis, en las constelaciones que te dibujan entre ellas, podamos encontrar argumentos que nos sirvan para iluminar la aporía. Pensando en la obra de cineastas y artistas contemporáneos (así como productores y programadores) como son, Laida Lertxundi, Alex Reynolds, Iratxe Jaio, Txuspo Poyo, Sra. Polaroiska (Alaitz Arenzana, Maria Ibarretxe), Maider Fernández y Maria Elorza (Las chicas de Pasaik), Jorge Moneo Quintana, Aitziber Olaskoaga, Maddi Barber, Marina Lameiro, Mirari Echavarri, Irati Gorostidi, Lur Olaizola, Arantza Santesteban, Tamara Iglesias, Ainara Elgoibar, Usue Arrieta, Vicente Vázquez (WeareQQ), Mikel Otxoteko, Victor Iriarte, Itziar Barrio, Iñaki Garmendia, Inés García, Jesús Mari Palacios, Xabier Erkizia, Koldo Almandoz, Hauazkena Taldea, Jaione Camborda, Tana Garrido, Maider Oleaga, entre otrxs.

 

© del ensayo el autor

Rotor (2015-2021)

Sinopsis

Rotor (2015-2021) retrata una serie de objetos inmóviles: coches y motores, relojes y esferas armilares, pianos y manzanas. En ellos descansan las intuiciones, sueños y avances de sus tiempos: la velocidad, el progreso, la rotación de los cuerpos celestes y el inicio de cada verano. El motor de la Bolex H16 que las rueda gira e insufla movimiento a sus historias.

Ficha técnica

Autor/a: Ainara Elgoibar
País: País Vasco
Año: 2021
Duración: 16 min.

LABO

Sinopsis

LABO es un paseo por la memoria de la antigua Universidad Laboral Francisco Franco de Tarragona, no solo a través de sus edificios sino también del recuerdo de quienes los habitaron. Un viaje a nuestro pasado que nos hará comprender mejor nuestro tiempo presente y futuro.

Ficha técnica

Autor/a: Jesus Mª Palacios
País: España
Año: 2019
Duración: 14 min.

Participantes

Peio Aguirre

Es crítico de arte y escritor, comisario independiente y editor. Ha escrito los libros La línea de producción de la crítica (Consonni, 2014) y Estilo. Estética, vida y consumo (Turner, 2022). En 2019 fue Comisario del Pabellón de España en la 58 Bienal de Venecia donde presentó a los artistas Sergio Prego e Itziar Okariz. Enseña en la Elias Querejeta Zine Eskola, Donostia-San Sebastián.

Ainara Elgoibar

Ainara Elgoibar es artista. Sus películas monocanal e instalaciones se han mostrado en instituciones como el MACBA (Gold 20, 2014), Fundació Tàpies (Tribute, 2012), Museo de Bellas Artes de Bilbao (Rodar y Rodear, 2013), o La Capella en Barcelona (Rodar y circular, 2012). Ha trabajado como montadora en películas como Perrolobo (2017) y Reserve (2019) de Gerard Ortín y Unicornio (2021) de Irati Gorostidi. Es miembro fundador de Tractora Koop E, cooperativa de artistas dedicada, entre otras cosas, a la producción y distribución audiovisual.

Jesus Mª Palacios

Licenciado en Comunicación Audiovisual y Humanidades por la Universidad de Salamanca, en 2009 se traslada a Barcelona para cursar un Máster en Documental Creativo. Allí, realiza su primer documental Figura amb Paisatge emitido por la televisión catalana (TV3) y seleccionado en varios festivales. Posteriormente, realiza los cortometrajes Casa Vacía (2012), Ur Artean (2015) y participa en la película colectiva Distantziak (2015) producida por Zinebi. En 2017 dirige el cortometraje Ikusleak-Los que ven y en 2019 LABO también seleccionado por Kimuak.

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