Pantalla
Programa 07
Agosto 2023
Este texto epistolar compila algunas reflexiones sobre la práctica curatorial en relación a festivales de cine y es acompañado por otra carta, la “escrita” por Deborah Stratman a la artista Nancy Holt dentro del proyecto audiovisual Las Cartas Que No Fueron También Son (2021) que reunió a cineastas como Alejo Moguillansky, Nicolás Pereda, Lynne Sachs o Beatrice Gibson.
Entre Madrid y Nyon, 19 de abril de 2021
Querida María,
Te escribo de camino a Visions du Réel, viaje que me emociona mucho, ya que es un festival amigo que no he tenido la oportunidad de visitar hasta ahora.
Me piden que escriba sobre qué puede ser un festival de cine hoy y se me ocurre imaginar una correspondencia contigo. No es nada novedoso, sabes que es una fórmula que aplico con frecuencia, no sólo en los textos sino en los libros que hemos publicado incluso juntas. La idea es que esta carta ficticia recoja ciertas voces que nos inspiran, impulsan y nos hacen pensar nuestro trabajo, y que a su vez, ponga en papel cuestiones que hemos venido hablando sobre todo en estos cuatro años en los que hemos trabajando juntas en Punto de Vista. Escribo pues varias notas desordenadas:
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Nota 1. Los festivales como casas
Los festivales hoy, me dicen. Me cuesta hablar en plural. No sé abarcar todas las particularidades y matices que aglutina esa generalidad. Pienso que los festivales son como casas. Cada una tiene su tamaño, su color, algunas son nuevas y modernas y se ven a lo lejos, otras pequeñas, hermosas, de pueblo a las que hay que saber llegar. Y digo casas y no edificios. Porque pienso que cada casa alberga un espacio para encontrarse, para recogerse, para sentir cierto confort al regresar. Cada festival, como cada casa, tiene particularidades que lo hacen ser, dependiendo de su escala, del paisaje que lo rodee; y también, cómo no, dependiendo de su línea editorial, de su forma de comunicar y, sobre todo, de cómo entienda el cine. Como sería una carta demasiado larga hacer un ejercicio de tipologías de festivales y sus retos, he decidido sólo hablar de las casas que he habitado y parte de lo que se ha vivido allí.
Nota 2. Hablemos de lo impredecible
Dicho esto, sabemos que todo festival de cine tiene su visión y misión y todas ellas responden a criterios diversos que responden a su vez a cada contexto concreto. Creo que nosotras, que hemos dirigido festivales pequeños [1] que acogen películas también pequeñas y con un fuerte impulso experimental, entendemos un festival de cine de la misma forma: como una situación colectiva, una experiencia intensificada, que los públicos deberán atravesar y completar con sus propias subjetividades. Sé que es una definición muy concreta y que otros colegas reunidos en esta publicación tendrán otros pareceres.
En un texto [2] que has escrito recientemente, hablabas del legendario festival EXPRMNTL [3] citando a Jacques Ledoux, curador jefe de la Filmoteca Real Belga y programador del festival: “Hay tres aspectos en un festival de cine: 1) La competencia; 2) las actividades no fílmicas y 3) lo impredecible; el 1 y el 2 provocan el 3”. En ese texto recogías también las palabras de Xavier García Bardón, que ha investigado extensamente sobre este festival, y decía que “la actitud de Ledoux como programador consistía en configurar las condiciones, los actores para la experiencia, y precipitar así el encuentro, abrazando la idea de dejarse sorprender a sí mismo a medida que los eventos se van desarrollando [4]”.
Esta frase describe muy bien la forma de entender mi trabajo durante estos años en Punto de Vista y en mi práctica curatorial en general. Más allá de seleccionar películas que me parecen relevantes, pienso en las personas que van a activar el programa. Con ese conjunto de películas, trato de crear ciertos relatos, otras veces simplemente “cajas de resonancia”, no sólo en los ciclos (que siempre son marcos conceptuales específicos en sí), sino también entre ellos, incluso entre ediciones. Sé que esos itinerarios sugeridos pueden ser recorridos de muchas formas, y que esas pistas sutiles en el camino pueden o no ser apreciadas por el espectador. El factor sorpresa siempre está ahí, efectivamente, también para mí. Al fin y al cabo, “la curaduría es una práctica que se aprende en público”, ya lo sabemos. Es por eso que uno de los momentos más esperados después de un festival no es sólo saber si esta o aquella película ha gustado o no; lo que me fascina es escuchar cómo se ha transitado ese paseo, cuáles han sido las conexiones impredecibles establecidas por los propios espectadores.
Nota 3. Hablemos en plural o la importancia del Nosotros
Como sabes, Amos Vogel ha estado muy presente en esta edición del 2021 en el que se cumplen 100 años de su nacimiento. Vogel es una de las voces con las que trabajo desde que lo conocí a través de mi estancia en el Pacific Film Archive, lugar en el cual aprendí mucho de lo que sé de la práctica curatorial fílmica. Desde entonces, ha sido un pequeño faro: su experiencia en Cinema 16 y después en el festival de Nueva York siempre me ha inspirado profundamente. Para esta carta, rescato esta cita del libro [5] que Scott MacDonald les dedicó a Marcia y Amos Vogel: “Querían que la audiencia regresara a la experiencia social de ir al cine (…) les interesaba involucrar a los espectadores a un nivel tan profundo que buscaran — o, mejor aún, crearan— oportunidades para disfrutar no solo de películas que les permitieran escapar algún fin de semana, durante un par de horas, de las presiones de su vida, sino también gozar de aquellas experiencias conmovedoras que pudieran ayudarles a vivir de forma más íntegra, a conocer el mundo de una manera más completa y a ser ciudadanos más responsables”.
Se me ocurren muchas citas maravillosas con las que defender la idea del cine como experiencia colectiva: podríamos traer a Roland Barthes y su maravillosa descripción del trance en una sala de cine y al salir de ella, o a Jean Cocteau y su bella definición (“vivir el mismo sueño juntos”) pero quiero llegar a algo mucho más básico. La experiencia social de ir al cine es algo que nos tocará defender. No me malinterpretes: aunque forzados por una pandemia, considero que los replanteamientos que los profesionales en los festivales estamos haciendo es muy válida y que las posibilidades que ofrecen ciertas programaciones online son, en bastantes casos, beneficiosos tanto para las películas como para los públicos que se van ampliando. Pero hablo de otra cosa, algo relacionado con lo que ya Vogel apuntaba en los 50, y algo que reivindican pensadores contemporáneos como Franco “Bifo” Berardi: “crear islas de placer, de relajación, de amistad, lugares en los cuales no esté en vigor la ley de la acumulación” se va a hacer cada vez más necesario, puesto que “la felicidad es subversiva cuando deviene un proceso colectivo”. Vogel, como sabes, también fue un gran agitador que utilizaba la subversión de manera muy activa y explícita [6]. Los separan más de 60 años pero nada es casual.
4. Nota final: Al futuro con más preguntas
Durante mi tiempo como directora artística en Punto de Vista he tratado de tener todas estas ideas muy presentes porque para mí, como decía mi mentora Edith Kramer, “mostrar (películas) no es suficiente”. Mi labor frente al festival ha sido no sólo atender a mis preferencias e intereses del cine contemporáneo, sino idear un festival que a día de hoy aporte algo (por pequeño que sea, pero significativo espero) al gran mapa de festivales de cine. Muchas veces juego a pensar cómo hubiera ideado editorialmente el festival, si hubiera estado al frente del festival hace 10 años o dentro de 20. Cuando nació Punto de Vista el número de festivales en España era claramente menor, y los espacios de exhibición que tenemos actualmente, no existían. Así que digamos que mi propuesta de programación de estos cuatro años ha sido la respuesta a la pregunta “qué puede ser Punto de Vista hoy en relación al momento que le ha tocado vivir”.
No tengo respuestas sobre cómo será el futuro de los festivales, sólo tengo más preguntas que nos hagan seguir cuestionarnos nuestro trabajo constantemente. ¿Cómo podremos seguir creando estos espacios de encuentro que no sólo den a conocer películas sino que sean lugares para crear nuevos significados? ¿Cómo podemos continuar abriendo nuevas posibilidades a través del cine y sus formas de presentación? ¿Cómo seguiremos construyendo públicos y estimulando esa fascinación por la experiencia colectiva a las generaciones que vienen que no han crecido con ese tipo de cinefilia? Estas sólo son algunas pero la carta ya está quedando demasiado larga.
Como sabes, a pocas semanas después de haber terminado mi último año como directora artística de Punto de Vista [7], aún sigo procesando qué fue esta edición, qué se vivió, cómo funcionó el programa presencial y online, y entendiendo todas las complejidades que ha traído poner el pie una programación exigente y ambiciosa durante este tiempo de pandemia. El público ha respondido de manera muy entusiasta acudiendo con más compromiso que nunca a las salas y a las propuestas más arriesgadas, algo que me da mucha alegría y esperanza.
Me emociona sobremanera saber que tú eres ahora la que estarás amasando todas estas preguntas que serán respondidas, seguro de manera brillante, a través de la programación que realizarás al frente del Open City Documentary Festival en Londres. Sin duda, es una gran noticia para la comunidad. Espero con muchas ganas visitar pronto tu casa.
Con cariño y admiración, te mando un fuerte abrazo, ya al borde del lago en Nyon,
Garbiñe
[1] María Palacios Cruz dirige actualmente OpenCityDocs en Londres y dirigió Courtisane (2010-2012) y Garbiñe Ortega fue directora de Punto de Vista (2018-2021).
[2] “The festival that never was”. María Palacios Cruz. MIRAJ, 2021.
[3] EXPRMNTL fue un festival extraordinario organizado por Jacques Ledoux en el casino de Knokke-le-Zoute, una ciudad desierta en la costa de belga, durante el periodo de Navidad y Año nuevo. Sólo tuvo 5 ediciones, 1949, 1958, 1963, 1967, 1974 pero fueron eventos claves para el desarrollo del cine experimental como un movimiento internacional (nota de M.P.C.).
[4] Jacques Ledoux, ‘Comité Consultatif X5. Réunion du 11 février 1974′, notas de la Filmoteca Real Belga. Citado por Xavier García Bardon (2002).
[5] “Cinema 16: Documents Toward History Of Film Society”. Scott MacDonald. 2002. Temple University Press, U.S.
[6] Se refiere, entre otras cosas, al libro magistralmente elaborado por Amos Vogel “Film as a subversive Art”. Publicado originalmente en 1974. El lema que siempre acompañó a Vogel fue “Be sand, not oil, in the machinery of the world”.
[7] Punto de Vista cambia cada cuatro años la dirección artística desde sus orígenes.
Sinopsis
Una carta en vídeo a la artista Nancy Holt, en homenaje a un interés compartido por los lagos terminales, las vistas enmarcadas, los monumentos y el tiempo. Filmado en y alrededor del Gran Lago Salado, el Lago Mono y el Cráter del Meteorito y sus alrededores.
Las formaciones de puntos superpuestas están tomadas de las cuatro constelaciones que Holt perforó en Sun Tunnels (1976).
El título de la película está tomado de una pieza que Holt escribió para Robert Smithson en 1978:
For the time being, in the interim, in the course of time, from day to day, from hour to hour, until, in due time, and in the fullness of time, time endures, goes on, remains, persists, lasts, goes by, elapses, passes, flows, rolls on, flies, slips, slides, and glides by.
Esta película fue realizada con motivo de «Las letras que no fueron y también son», por invitación de Garbiñe Ortega y Matías Piñeiro.
Ficha técnica
Autor/a: Deborah Stratman
País: EEUU
Año: 2021
Duración: 7 min.
Deborah Stratman
Deborah Stratman es una cineasta y artista visual que trabaja en torno a cuestiones de poder, control y creencia, explorando cómo se entrelazan los lugares, las ideas y la sociedad. Sus más de 40 películas y múltiples obras de arte han abordado la libertad, la vigilancia, el discurso público, los sumideros, la levitación, los ortópteros, las rapaces, los cometas, la evolución, la extinción, el éxodo, la hermandad y la fe, y han sido expuestas y premiadas internacionalmente. Actualmente Stratman es profesora asociada en la escuela de arte de la Universidad de Illinois.
Garbiñe Ortega
Especializada en cine no comercial, experimental y de no-ficción, su práctica se centra en la curaduría y la programación, en la construcción de públicos y en la creación de marcos específicos que amplifiquen la experiencia colectiva cinematográfica. Su trabajo curatorial ha sido mostrado internacionalmente en instituciones como Film Society del Lincoln Center (NY), Tate Modern, Film Museum de Viena, Pacific Film Archive, National Gallery of Art de Washington o Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.
Fue codirectora de programación de la Gira de Documentales Ambulante (México), directora artística del festival Punto de Vista (2018-2021) y comisaria de la Sala Z de Artium (2021-2022). Ha producido películas de Nicolás Pereda, Lois Patiño o Matías Piñeiro. Ha sido editora de varios libros entre los que se incluyen “Jonathan Schwarz: To Light, To Love, To Time” (2019), “Meditaciones sobre el presente: Ute Aurand, Helga Fanderl, Jeannette Muñoz, Renate Sami” (2020) o “Cartas como películas” (2022). Es la curadora de la exposición sobre cine “Somewhere from Here to Heaven” que incluyen trabajos de Ana Vaz, Ben Rivers, Eduardo Williams y Apichatpong Weerasethakul. Actualmente, es la directora artística del proyecto Dirdira Lab.